miércoles, 13 de febrero de 2013

¿UN NUEVO PARADIGMA ESTÉTICO?



Viernes, 15 de febrero; 19:30 horas. Sala Youkali (Madrid)
Coloquio: “Un nuevo paradigma estético: Félix Guattari y Toni Negri”. Intervienen: Raúl Sánchez Cedillo y Eva Fernández.

Los trabajos de Felix Guattari y Michel Foucault sobre la producción de subjetividad investigan las relaciones transversales de los cuerpos sociales, políticos y ecológicos en su constitución biopolítica. Ambos autores, especialmente en sus trabajos más tardíos de la década de los ochenta, escriben en oposición a la contrareacción conservadora que ha acabado rigiendo la institucionalización de las formas de la clausura y de la imposición de formas legitimadas y empobrecidas de subjetividad. Para ellos, la producción de subjetividad se convierte en un territorio existencial por derecho propio en el cual las transformaciones sociales, éticas y estéticas deben ser negociadas. El sujeto –o, más bien, una subjetividad procesual– se convierte en el punto de partida a partir del que pueden ser desarrolladas narrativas novedosas y más transversales del socius. Estos procesos dependen de prácticas de autogobierno, formas de práctica del yo y modos de constitución del sujeto, temas recurrentes de los últimos escritos de Foucault acerca del cuidado de sí y de las reflexiones de Guattari sobre un “nuevo paradigma estético”. Un modo de subjetivización no crea sujetos ex nihilo, los crea transformando las identidades definidas en el orden natural y social en instancias dentro de una experiencia de disputa. Cualquier subjetivización implica una desidentificación, un desplazamiento desde un lugar naturalizado (…) Para Foucault y Guattari, la preocupación estética y su relación con la existencia no tiene nada que ver con la estetización de la vida desde una perspectiva humana ni, menos aun, con la estetización de la política, un proyecto ya criticado con vehemencia por Walter Benjamin en los años treinta. El objetivo de Guattari es atrapar la subjetividad en la dimensión de su creatividad procesual, en vez de objetivarla, reificarla o cientificarla. Guattari y Foucault usan la estética como un modo de apuntar al potencial creativo de expresión y enunciación que ha sido silenciado por la fuerza dominante de los signos y los significantes. (…) Guattari elabora un triple desarrollo de los paradigmas estéticos. Las dos fases primarias (que operan todavía como parte de las transformaciones actuales) son 1) Los territorios colectivos de un paradigma protoestético donde la creatividad no está aún institucionalizada sino extendida a través de prácticas de enunciación como los rituales; y 2) una modulación de la subjetividad, separada de la emergencia de valores y sobrecodificada por los significantes capitalistas. Mientras el paradigma proto-estético fundamenta un período pre-histórico, la segunda fase se refiere a la estructura capitalista. En el tercer movimiento, que no se ha cumplido todavía, podríamos estar asistiendo al surgimiento de un paradigma estético de inmanencia procesual: “Es un impulso hacia esta raíz ontológica de la creatividad lo que es característico del nuevo paradigma procesual. Este implica la composición de ensamblajes que actualizan la componibilidad de dos infinitos, el activo y el pasivo”. Guattari subraya explícitamente el persistente impacto de los paradigmas más tempranos. El paradigma estético procesual se recentra en la producción de subjetividad como una estética de la existencia. De una manera transversal (relacionando dimensiones tanto concretas como abstractas), la producción de subjetividad apunta primero y sobre todo a “reinventar las prácticas sociales”. La reconstrucción de la práctica social va de la mano con la crítica de Guattari a la crisis ecológica que “puede ser caracterizada en referencia a una crisis más general de lo social, lo político y lo existencial”. [Christoph Brunner, Roberto Nigro, Gerald Raunig].
El arte es “un poder constituyente, una potencia ontológicamente constitutiva. A través del arte el poder colectivo de la liberación prefigura su destino”. Asimismo, “el trabajo artístico es trabajo liberado y el valor producido es por tanto una excedencia de ser producida libremente”. Se encuentra esta tesis en Arte y multitudo: «A través del arte el poder colectivo de la liberación prefigura su destino. Y es difícil imaginar el comunismo al margen de la acción prefiguradora de esta vanguardia de masas, que es la multitudo de los productores de belleza» [Toni Negri].

Raul Sánchez Cedillo es filósofo. Participante activo en los movimientos de ocupaciones y en favor de la insumisión. Ha traducido y prologado numerosos textos, entre otros, de Toni Negri, Félix Guattari, Gilles Deleuze y Nanni Balestrini. Miembro de la Universidad Nómada y de la Fundación de los Comunes, ha publicado artículos y ensayos en Archipiélago, Diagonal, Transform o Multitudes.
“Para Guattari la subjetividad es un efecto de consistencia y existencia que resulta de la aglomeración de entidades que podemos cartografiar con arreglo a cuatro funciones o functores ontológicos: los flujos materiales y semióticos, los maquinismos concretos y abstractos que trabajan los flujos, los universos incorporales de referencia y de valor adyacentes a cada agencement de subjetivación y, last but not least, los territorios existenciales precarios y finitos. Son estos últimos los elementos decisivos en la producción de la subjetividad contemporánea, y están por ello en el centro de los problemas de resistencia y autonomía de las nuevas creaciones políticas. Tendríamos así una definición formal de la subjetividad en tanto que: “El conjunto de condiciones que hacen posible que instancias individuales y/o colectivas puedan surgir como Territorio existencial sui-referencial, en adyacencia o en relación de delimitación con una alteridad a su vez subjetiva”.
Esta producción de subjetividad, en tanto que ética y políticamente orientada a la ruptura y a la batalla contra su captura, control y explotación por los dispositivos del nuevo capitalismo, debe estar en condiciones de «manejarse» con los regímenes de signos, con las semióticas capitalistas en las que se «baña» y que saturan y distorsionan, concatenados en montajes pragmáticos, en agencias e instituciones enunciadoras directamente capitalistas, los esfuerzos de singularización individual y/o colectiva. Es sabido que Guattari denominaba Capitalismo Mundial Integrado a la nueva figura del capital adecuada a la realización del mercado mundial y a la subsunción de la sociedad entera en los procesos de valorización. Este CMI descansa para Guattari en cuatro regímenes semióticos principales: a) las semióticas económicas (instrumentos monetarios, financieros, contables, decisionales…); b) las semióticas jurídicas (títulos de propiedad, legislación y reglamentaciones diversas); c) las semióticas técnico-científicas (planes/os, diagramas, programas, estudios, investigaciones…); d) las semióticas de subjetivación, algunas de las cuales coinciden con las que acaban de ser enumeradas, pero a las que convendría añadir muchas otras, tales como las relativas a la arquitectura, el urbanismo, los equipamientos colectivos, etc.”.

Eva Fernández es escritora. Ha publicado la novela Inmediatamente después y escrito varios ensayos sobre la novela española contemporánea en Hispanic Review y en Revista de Crítica Literaria Marxista. Miembro del colectivo Cine Sin Autor, mantiene un blog que se llama http://inmediatamentedespues.blogspot.com.es.
“Yo creo profundamente en la subversión, en la disidencia y un punto de partida, puede ser, la renuncia, la negación. Si la realidad se ha vuelto una con el capitalismo, quiero ser irreal, existir en lo que no existe. Y con esto no pretendo ninguna metáfora. Escribiré sin ser escritora, sin esa consideración... Será un principio. Por supuesto, como en todo recorrido hasta que no andas no hay camino, ni acompañantes, ni guías... Por eso me he echado caminar y si puedo, aunque sea apenas, también quiero escribir novelas desde ahí, poniendo en jaque la forma de editar, la forma de escribir, la forma de leer. Se trata de vivir desvelando, revelándonos, rompiendo la normalidad y sobre todo creando otra y dándole espacio y tiempo, todo ello aun recordando que la realidad se ha hecho obvia -casi indiscutible-, y una con el capitalismo. Me quedo en cualquier caso en el casi. Y desde ahí mantengo que necesitamos crear fuerza material, lugares habitables en los márgenes, los alrededores o el centro de esta realidad, que operen de otra forma. Así pues como escritora -solo y simplemente porque escribo- quiero intentar textos, libros que subvierten la lógica del capitalismo. En estos años pensé que con cambiar de tema me bastaría y no, no me sirvió una novela de okupas que intenté después de la que me publicaron; tampoco una que escribí antes sobre pobres. Lo cierto es que no encuentro potencia en escribir sobre otras y otros. Al final parece que el único lugar desde el que tengo algo que aportar es el yo, y lo tomo como lugar de partida, como gran crisol de todos los efectos y de todas las potencias. Sí, creo en la explosión honesta del yo destruido que nos deja el capitalismo como una bomba de efecto imponderable. Por otro lado, también decir que empiezo a no creer en escribir sobre otros/as y tampoco en escribir para cualquiera, de hecho para esta novela estoy escogiendo para quién escribo y le introduzco en ella”.

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